En 1999 un fuerte terremoto arrasó con el Eje Cafetero. Como parte del proceso de reconstrucción la profesora Sophie Jaccard Chenu creó Bibliotecas Compartidas, que fue la plataforma para montar una biblioteca para la Escuela Municipal de Córdoba, un pueblo del Quindío. Este primer proyecto contó con el apoyo del Colegio Helvetia de Bogotá.
A partir de ahí, desarrolló tres proyectos más en el Quindío y decidió llevar la iniciativa a otras regiones al ver las necesidades tan grande que enfrentan los niños en Colombia.
En marzo de 2008 se creó legalmente la Fundación Lecturas Compartidas Colombia que empezó a funcionar con los estatutos actuales. Lecturas Compartidas extendió sus labores a San José de Apartadó (Antioquia), Rincón del Mar (Sucre), Quebrada Honda (Nariño) y zonas marginadas de Bogotá como Tibabuyes en la localidad de Suba, el barrio Belén en el centro de la capital y Altos de Cazucá en Soacha.